La casa de Bernarda Alba

Esta es la historia de Bernarda Alba, que, tras haber enviudado por segunda vez a los 60 años, decide vivir los siguientes ocho años en el más riguroso luto. Con Bernarda viven sus cinco hijas (Angustias, Magdalena, Amelia, Martirio y Adela), su madre y sus criada Poncia. Pepe “El Romano” aparece para, por un lado, cortejar a Angustias, la hermana mayor y más rica, seducir a Adela, la más joven y hermosa, y ser el objeto del deseo de Martirio y el fin de la paz en la casa de Bernarda Alba.

En esta adaptación se juega con lo conceptual, con lo simbólico de esta obra que el propio autor considera un documental fotográfico. Los símbolos recurrentes en Lorca, el verde, las campanas, los ladridos de los perros, la luna, el mar, los pozos… Los nombres de los personajes… Nada de esto se pasa por alto.

Una escenografía minimalista, un movimiento escenográfico simbólico dando importancia a la relación de los personajes con las sillas y el lugar que ocupan en el mundo, y la recreación de María Josefa, madre de Bernarda, interpretada por un hombre como metáfora de la libertad frente a la opresión contra el movimiento LGTBI, que, sin duda, hubiera combatido el autor, son alguno de los pilares de esta visión.